Salud ósea de la mandíbula
La importancia de los dientes para la salud ósea de la mandíbula
Cuando faltan uno o más dientes, puede producirse una pérdida de hueso maxilar en el lugar del hueco. Esta pérdida de hueso de la mandíbula puede convertirse en problemas adicionales, tanto con su apariencia y su salud en general. Puede experimentar dolor, problemas con los dientes que le quedan, un aspecto facial alterado y, con el tiempo, incluso la incapacidad de hablar y comer con normalidad.
Del mismo modo que los músculos se mantienen mediante el ejercicio, el tejido óseo se mantiene mediante la función. Los dientes naturales están incrustados en el hueso maxilar y lo estimulan mediante actividades como masticar y morder. Cuando faltan los dientes, el hueso alveolar, o la porción del hueso maxilar que ancla los dientes en la boca, deja de recibir la estimulación necesaria y comienza a descomponerse o reabsorberse. El cuerpo ya no utiliza o “necesita” el hueso maxilar, por lo que éste se deteriora y desaparece.
Posibles consecuencias de la pérdida de dientes y maxilares
- Problemas con los dientes restantes, incluidos desalineación, desplazamiento, aflojamiento y pérdida
- Perfil facial colapsado
- Disminución del soporte labial
- Arrugas en la piel alrededor de la boca
- Distorsión de otros rasgos faciales
- Dolor de mandíbula (articulación temporomandibular, ATM), dolor facial y dolores de cabeza
- Dificultad para hablar y masticar
- Nutrición inadecuada como resultado de la incapacidad de masticar correctamente y sin dolor
- Agrandamiento del seno maxilar